El dilema de las ‘‘vacaciones de verano’’

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Por Bárbara Agüero

¿Dilema? Si, dilema. Desde lo personal puedo afirmar no haber disfrutado estas últimas ‘vacaciones’. Con sus pros y sus contras, la pandemia sigue ocupando no solo nuestra vida diaria sino también nuestra mente. Si bien mi deseo era poder viajar al menos cinco días y respirar otro aire, no pude hacerlo. Trabajar se convirtió en una forma –extraña, lo sé- de escapar a mis propios pensamientos.
Llamarlo dilema me calma, para muchos un dilema connota una situación difícil de atravesar, lo cual es muy certero. Yo –por mi parte- lo acercó a la esperanza de derribar esa dificultad para al fin poder ser y sentirme libre de hacer. Trato de pensar que ese viaje que no pude hacer pronto lo haré, y de alguna u otra forma mis ‘no vacaciones’ vuelven a ser un dilema.

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El inolvidable “IN-verano”

 

Por Melanie Gonzalez

Por que in-verano? Porque se sintió más como un invierno que como un verano. Las calles no eran las mismas, se veía tristeza en las miradas de las personas, era como estar viviendo algo irreal. Generalmente el verano esta lleno de alegrías, momentos compartidos, pero este se sintió como una desolación que parecía salirse de control, cada vez más. Personalmente pude irme unos días a pasear para despejarme pero sin embargo me sentía vacía por dentro.
Mi idea era juntarme con mis amigos como todos los años, salir a disfrutar, juntarme con toda mi familia, pero lamentablemente todo esto se vio afectado. Sumado a esto tuve problemas de salud que no ayudaron para nada, tuve que afrontarlo con profesionales que me ayudaron y por suerte conté con el apoyo de mi familia. Sin embargo algo dentro de mí me decía que siga adelante, que todo iba a cambiar, y acá estoy, esperando que así sea.

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Altas y bajas de una experiencia

 

Por Yanina Alegre

Cuando me enferme allá por enero del 2020, sentí que nada estaba bien. Más allá de los síntomas (falta de respiración, fiebre, dolores musculares) el mayor miedo era contagiar a mis seres queridos, no poder evitar un sufrimiento mayor.

Sin embargo nada de eso paso, pude superar la enfermedad con algunas dificultades, y a un mes de mi alta pude disfrutar unas vacaciones merecidas. Si no me hubiera enfermado no me habría animado a irme... solo lo hice porque estaba segura de que ya no podía contagiarme, ni contagiar. Pude sacar algo bueno de todo lo malo que me tocó vivir, quizás de eso se trate un poco la vida.

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Febrero y COVID-19

 

Por Ornella Flores
Diciembre parecía ser la vuelta a la ''normalidad": bares abiertos, personas en la playa, algún que otro teatro abierto. Así mismo enero, en ese último mes pude disfrutar de alguna de esas cosas, por ejemplo ir a la playa unos pocos días, juntarme con amigos, festejar algún que otro cumpleaños, ya que en cuarentena estricta no habíamos podido celebrar, siempre con los cuidados necesarios.
Pero llegó febrero, y tuve que aislarme junto con mi mamá, porque su hisopado dio positivo en COVID-19. El aislamiento duró aproximadamente dos semanas, en las cuales mi mamá presentó algunos síntomas leves y por suerte pudo lidiar con los mismos y vencer el virus. Por otro lado, mi hisopado dio negativo, así que las medidas que tomamos dentro de casa para cuidarnos entre nosotras, dieron resultado.